Informe N 115 La ÒP’ldora del D’a DespuŽsÓ y la Cultura de la Muerte
27/08/2001 Pol’tica Internacional El Modelo en Peligro Por Ernesto Behnke G. Obliga a Bush al ÒSalvatajeÓ de Argentina I. Introducci—n Los Hechos y su Percepci—n Pœblica.
Un intenso debate se ha generado en la opini—n pœblica lega o no
Un Banco Para los M‡s
lega del siguiente hecho: a petici—n de un Laboratorio Comercial
Pobres: En la Ruta de
y de acuerdo a la legislaci—n y normas vigentes, se comenz— el
proceso de an‡lisis para la autorizaci—n de la venta en nuestro pa’s de la denominada Òp’ldora del d’a despuŽsÓ. La autorizaci—n fue concedida por el Ministerio de Salud, para que se realice con receta retenida y casos de emergencia, como son: violaci—n, relaciones
incestuosas y embarazo no deseado por falla del mŽtodo
Desorden Pol’tico y
anticonceptivo regularmente utilizado. ÒMalestar CiudadanoÓ en su Punto L’mite
Es importante relatar los hechos con transparencia, con nitidez. Ello servir‡ para que, con la reflexi—n serena que realicemos sobreesos hechos y sus consecuencias, nos evitemos prejuicios, distorsionese interpretaciones err—neas de hipotŽticos intereses o fines escondidos
que se tienden a atribuir unos con otros. UDI: Voraz Maquinaria Hegemonizadora
Los hechos son claros: esta iniciativa no es de Gobierno, es decir,una pol’tica pœblica sujeta a cr’ticas y calificativos Žtico-morales. Estamos frente a una petici—n de un Laboratorio, realizada deacuerdo a las leyes vigentes, resuelta por los organismos pœblicos
competentes, de acuerdo a una evaluaci—n de los elementos cient’ficos
y tŽcnicos pertinentes y que dada la particularidad de la acci—n del
Libertad y Crecimiento Econ—mico: Los Nuevos
producto autorizado, despierta la polŽmica, la controversia. Paradigmas
El listado s—lo muestra los 5 œltimosinformes publicados. Para obtener
II. El Juicio Sereno Sobre los Hechos
informaci—n anterior, visite nuestrositio web www.asuntospublicos.org
El sabio mŽtodo de ver, juzgar y actuar, es plenamente v‡lido e
intentarŽ un an‡lisis que conduzca a fundamentar el o los juiciosposibles sobre el tema en debate.
Este informe ha sido preparadopor el Consejo Editorial deasuntospublicos.org.
Los hechos, gracias a la contribuci—n de la ciencia y la tecnolog’a,es posible escudri–arlos en su m‡s profunda ÓintimidadÓ biofisiol—gica,
las herramientas que hoy poseemos en el ‡mbito de la biolog’a
humana nos llevan a especificar mecanismos celulares, moleculares,
o parcial, de lo publicado eneste informe con s—lo indicar la
Redundar’a torpemente si repitiera lo que ya se ha se–alado sobre
Informe N 115 Sectoriales La ÒP’ldora del D’a DespuŽsÓ y la Cultura de la Muerte
el proceso de fecundaci—n, su desarrollo y etapas. Pero no obstante la sana intenci—n de no repetir ni aburrir, se requiere necesariamente insistir en algunas particularidades de los hechos respecto a la fecundaci—n y tambiŽn sobre los mecanismos de acci—n de Levonorgestrel. Sobre la Fecundaci—n
Para que ocurra la fecundaci—n debe encontrarse un —vulo con un espermatozoide, ambos en buenascondiciones, lo que s—lo ocurre si la relaci—n sexual coincide con la ovulaci—n o si la antecede por no m‡sde cinco d’as. Si es coincidente, la fecundaci—n puede ocurrir dentro de algunas horas, pero si la ovulaci—nse produce despuŽs del coito, tambiŽn puede producirse fecundaci—n porque el espermatozoide se puedemantener fecundante durante varios d’as y migrar paulatinamente hasta la trompa. Por lo tanto, no esposible precisar el momento de la uni—n del —vulo con el espermatozoide, hecho que puede ocurrir encualquiera de los d’as 1¼ a 6¼ despuŽs de la relaci—n sexual.
DespuŽs de la uni—n del espermatozoide con el —vulo se genera el cigoto por la formaci—n de los llamadospro-nœcleos, masculino y femenino, que contienen los cromosomas respectivos. En esta etapa, que invitro dura al menos 18 horas, aœn no se ha producido la singamia o fusi—n de los materiales genŽticos. S—lo despuŽs de esta uni—n, el cigoto contiene su propia identidad genŽtica con la potencialidad paraproducir el desarrollo embrionario si se combinan una serie de condiciones favorables. Este desarrollose realiza mediante la divisi—n del cigoto en 2, 4, 16 cŽlulas, y as’ sucesivamente, para dar origen a unembri—n de unas 200 cŽlulas (blastocistos), con capacidad de implantarse en el endometrio. De estascŽlulas, s—lo un 7 a 10 % formar‡n el embri—n y las dem‡s formar‡n la placenta o ser‡n naturalmentedesechadas.
La implantaci—n o anidaci—n es un proceso que se inicia a los 6 — 7 d’as y culmina 14 d’as despuŽs de lafecundaci—n. Este proceso tiene especial importancia porque s—lo a partir de Žl comienza propiamenteel embarazo, con la secreci—n de gonadotrofina cori—nica, y la posibilidad de reconocer la existencia deuna posible gestaci—n inicial. Pero su importancia no s—lo est‡ en la posibilidad de reconocer la existenciade un nuevo ser humano en desarrollo, sino en el hecho de que el embri—n recibe en esta etapa nuevassustancias maternas que son esenciales para activar y completar el proceso embrionario.
Otro hecho importante en este per’odo de implantaci—n es que antes de los 14 d’as puede haber gemelaci—npor separaci—n de dos entidades embrionarias. Por esto se considera que antes de los 14 d’as de la uni—nde los gametos no hay aœn Òindividuaci—nÓ y que, por lo tanto, no se podr’a hablar estrictamente de unnuevo individuo humano. Coinciden los 14 d’as con el inicio de la diferenciaci—n de los tejidos embrionariosque dar‡n origen a los futuros —rganos y sistemas, y con la ausencia de menstruaci—n que es el primersigno que la mujer percibe en su embarazo. Sobre los Mecanismos de Acci—n de Levonorgestrel
Los mŽtodos hormonales de anticoncepci—n de emergencia que se administran antes de las 72 horassiguientes a una relaci—n sexual, tienen un efecto mœltiple: alteran el moco cervical y la migraci—n delos espermatozoides dificultando as’ su uni—n con el —vulo, inhiben la ovulaci—n cuando Žsta no se haproducido, y se discute su acci—n en el endometrio donde podr’an impedir la anidaci—n. No hay efectosobre un embri—n ya implantado al cual m‡s bien protegen. En œltimo tŽrmino, actuar‡n de diferente
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manera de acuerdo a la etapa del ciclo de la mujer y al tiempo transcurrido entre el coito y la medicaci—n.
Por lo tanto, si la ovulaci—n hubiese ocurrido m‡s de 5 d’as antes, no tendr‡ m‡s que el efecto de dartranquilidad a la usuaria; y si se toma antes de la ovulaci—n, habr‡ un eficaz efecto anovulatorio. En casosexcepcionales podr’a actuar mediante su efecto en el endometrio, dificultando la anidaci—n si ya se hubieseocurrido la fecundaci—n. Pero ya hemos aclarado que esto no es posible de determinar por cuanto lafecundaci—n se produce en cualquier momento entre el 1¼ y el 6¼ d’a, y no es posible precisar ese instante.
Debemos se–alar adem‡s que se desaconseja firmemente su uso regular y prolongado como anticonceptivopost-coital debido a la posibilidad de da–ar el suministro de —vulos durante la vida fŽrtil de la mujer.
Hay tambiŽn posibles efectos secundarios, tales como: n‡useas, v—mitos, y, en menor grado, fatiga,cefalea, vŽrtigo y mastalgia.
En cuanto a contraindicaciones, las m‡s significativas se refieren a su no uso en caso de hipertensi—narterial, diabetes y enfermedad tromboemb—lica.
He ah’ los hechos cient’ficos, pero ni desde mi formaci—n profesional, cient’fica y tŽcnica ni desde misresponsabilidades pol’ticas, me es ajeno el problema de la ciencia y su relaci—n con la conciencia. JesœsGinŽs Ortega lo caracteriza como Òel gran problema de la Fe, que se manifiesta como natural aliada tantode la creaci—n, que es el origen de la ciencia, como de la direcci—n y la finalidad del hombre, que es elorigen y el destino de la concienciaÓ. (El Mercurio, 29/Marzo/2001).
Los datos cient’ficos, por su propia naturaleza, mantendr‡n siempre un margen de incertidumbre, la Feciertamente no deja margen a la incerteza y bien vale hacer un esfuerzo de reflexi—n para desarrollarunidas la ciencia y la conciencia frente a estos temas que apuntan a dilemas centrales de la vida humanay, en particular, sobre las consecuencias que pueden derivarse del empleo del conocimiento cient’fico ytecnol—gico sobre esa vida humana.
La reflexi—n esencial es la siguiente: el s—lo dato biol—gico-cient’fico no estar‡ nunca capacitado pararesolver el problema de cuando comienza la vida humana. El juicio œltimo, sigue siendo filos—fico o humanoy es Žste el que le da significado e interpretaci—n a lo biol—gico-cient’fico.
No podemos reducir lo humano a lo biol—gico, y a su vez, lo humano implica lo biol—gico.
Pero es en este instante donde las interpretaciones humanas pueden diferir y comienzan a hacersemœltiples las perspectivas y los contextos hist—ricos y sociales que impregnar‡n el juicio y la decisi—n quetomemos frente a los hechos que enunciamos.
Ante lo cual, sin relativismos pero con inquebrantable respeto a la pluralidad de pensamientos que sedan en nuestra sociedad moderna, me permitirŽ mencionar a continuaci—n algunas de las perspectivasque desde el discernimiento Žtico se pueden efectuar frente a este delicado tema. P‡gina 3 de 6 Informe N 115 Sectoriales La ÒP’ldora del D’a DespuŽsÓ y la Cultura de la Muerte III. Los Dilemas ƒticos que Surgen del Uso de la Contracepci—n de Emergencia Hormonal
Ciertamente el principal punto de quiebre entre quienes se oponen al uso de este anticonceptivo de emergencia y aquellos que lo aceptan, es el eventual car‡cter abortivo del Levonorgestrel.
Aspectos minuciosos y muy bien fundados de la observaci—n cient’fica sobre los mecanismos que ya hese–alado al comienzo y que investigadores tambiŽn han expuesto amplia, profunda y did‡cticamente,me llevan a sostener que el Levonorgestrel actœa primordialmente como anovulatorio o bien impidiendola uni—n de los gametos y s—lo excepcionalmente podr’a actual como antianidatorio.
Ahora bien, si un aborto provocado consiste en la interrupci—n activa y voluntaria de un embarazo yadiagnosticado, ello es el resultado de mecanismos de acci—n muy diferentes, los cuales no son equivalentesal excepcional efecto antianidatorio del Levonorgestrel.
AdentrŽmonos en esta afirmaci—n y discernamos con entereza las consecuencias de aceptar un contraceptivode emergencia, a usarse tal como el MINSAL lo ha dispuesto, bajo condiciones muy precisas y de manerarestrictiva.
En primer lugar: afirmo mi respeto incondicional a la dignidad de la persona humana. En segundo lugar: exploremos con ciencia y conciencia el tema profundo y complejo acerca de la vidahumana y persona humana. Lo se–ala el Dr. Ventura-Junc‡ junto a otros destacados profesionales yacadŽmicos de la Pontificia Universidad Cat—lica: ÒEl tema de cu‡ndo comienza la vida de un nuevo serhumano, o lo que el bi—logo llama un nuevo organismo humano, es un tema que no se puede soslayarÓ. Y agregan: ÒLa posici—n que se tenga frente a este aspecto es decisiva para la gravedad que se le dŽ ala pŽrdida de embriones antes de la implantaci—nÓ. Hasta ah’ Ventura-Junc‡ y colaboradores.
Al respecto, me permitirŽ citar el pensamiento de Monse–or Bernardo HŠring, de quiŽn no podr’amos sospechar que estuviese propiciando una Òcultura de la muerteÓ, cuando refiriŽndose al proceso que va desde la fecundaci—n a la constituci—n del blastocito, expresa: Ò.cada una de las treinta y dos cŽlulas despuŽs de la divisi—n celular, podr’a ser separada y, en condiciones favorables, podr’a desarrollarse hasta formar un individuo. Este hecho plantea el important’simo interrogante de si, durante los catorce d’as posteriores a la fertilizaci—n, podemos llamar al blastocito verdaderamente persona humana, dado que solamente los individuos tienen el status de persona. ÒIndividuoÒ significa no divisible, ser œnico que excluye la rŽplicaÓ. (Bernardo HŠring. Libertad y Fidelidad en Cristo. P‡g. 26).
Ciertamente, no pretendo erigir el pensamiento de HŠring en un precepto magisterial, pero son variaslas voces honestas e inteligentes las que lo acompa–an en una reflexi—n similar.
Incluso algunos moralistas cat—licos han ido un poco m‡s all‡ en esta l’nea de discernimiento frente atan decisivo dilema. Javier Gafo afirma: Òen circunstancias muy graves, puede prevalecer un derechomenor, pero absolutamente cierto, sobre otro valor mayor, acerca del cual existen serios motivos dedudaÓ. (J. Gafo: El Aborto y el Conocimiento de la Vida Humana, P‡g. 267). Al afirmar lo anterior, se est‡refiriendo expresamente a los casos o excepciones al derecho inalienable de la vida humana cuando existeuna violaci—n, y que pone descarnadamente a cada uno de nosotros frente al conflicto de valores yderechos: El de la madre y el del embri—n. Uno de ellos cierto, el otro incierto.
J. Gafo, coincidiendo con HŠring, afirma la diferencia cualitativa entre los diversos mŽtodos, aquelloscontraceptivos (como puede ser el Levonorgestrel), los cuales interrumpen la fertilizaci—n y la implantaci—n,02/09/20012001 asuntospublicos.org
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como tambiŽn la diferencia entre aquellos que causan la pŽrdida de una m—rula y los que causan el abortodespuŽs de la implantaci—n, todo lo anterior implica una valoraci—n moral distinta.
Con un matiz diferente, pero siempre en la misma l’nea de discernimiento, Antonio Hortelano, se–ala que:ÒImpedir la implantaci—n del embri—n en el seno materno no parece un aborto culpable, ya que hasta elmomento de la implantaci—n el embri—n no es plenamente un individuoÓ (Problemas actuales de moral(II) Salamanca, ED. S’gueme 1980. P‡g. 139).
Debo reconocer que no todos los eticistas cat—licos aceptan este punto de vista y la tarea es seguirprofundizando la reflexi—n a la luz de la ciencia y la conciencia, tarea principal de los moralistas, pero eldiscernimiento nos obliga finalmente a decidir.
La decisi—n que asumamos deber‡ a mi juicio ser fiel a todos los elementos que hemos ido analizando,es decir, los aportes de las ciencias y atendiendo a la mentalidad contempor‡nea, pero siempre fieles ala verdad. IV. A Modo de Conclusi—n
Expreso con sinceridad mi posici—n que intenta respetar a quienes pudiesen aparecer como contradictoresen este tema. Y tambiŽn, con humildad debo manifestar lo siguiente:
La responsabilidad sanitaria nos obliga a actuar y decidir con los mejores elementos de juicio cient’ficosy tŽcnicos que permitan un neto beneficio sanitario.
Ante la realidad socio-sanitaria de embarazos no deseados por el fracaso de anticonceptivos utilizadosde rutina y, m‡s aœn, embarazos que pudiesen surgir de situaciones l’mites, como violaci—n e incesto,es posible recurrir a un contraceptivo de emergencia cuyos mecanismos son preponderantementeanticonceptivos.
Si excepcionalmente pudiese darse una acci—n anti implantatoria del Levonorgestrel, ello parece a la luzde discernimiento Žtico, una acci—n que no conlleva, aœn para moralistas cat—licos, la misma gravedadde un acto abortivo, el que rechazamos de plano.
Desde la necesaria conjunci—n de ciencia y conciencia, ponderamos con prudencia la Òverdad cient’ficaÓ,pero a la vez reconocemos su imposibilidad de resolver el dilema Žtico del comienzo de la vida de unapersona humana.
Alcanzado el l’mite de lo que la ciencia puede ofrecernos como respuesta, nuestra conciencia asume losdatos, los analiza, los contextualiza, discierne (en el caso personal, desde mi fe cristiana y cat—lica) yfinalmente toma una decisi—n que la creemos sanitariamente v‡lida, moralmente correcta y con la compa–’asiempre presente de la oraci—n, confiamos que ella no ir‡, como algunos afirman, por la pendienteresbaladiza de instaurar Òuna cultura de la muerteÓ.
La cultura de la muerte no asoma sus dientes y garras letales por la aceptaci—n de un contraceptivo de emergencia. Su sombra de muerte se proyecta entre los hombres a travŽs de la intolerancia, el dogmatismo, la tiran’a, la violencia y el Òaborto socialÓ de tantas vidas tra’das a este mundo, que los recibe con segregaci—n, exclusi—n y miseria, frustrando tempranamente sus proyectos de vida. P‡gina 5 de 6 Informe N 115 Sectoriales La ÒP’ldora del D’a DespuŽsÓ y la Cultura de la Muerte
Dios nos permita eliminar esas sombras de muerte y alumbre nuestras decisiones sanitarias, las queasumiremos con seriedad y firmeza.
Perm’tame recordar, frente a la ofuscaci—n que a veces nos invade cuando polemizamos, lo siguiente: ÒDijo tambiŽn a algunos que se ten’an por justos y despreciaban a los dem‡s, esta par‡bola: Dos hombres subieron al templo a orar; uno fariseo, otro publicano. El fariseo, de pie, oraba en su interior de esta manera: ÔÁOh Dios! Te doy gracias porque no soy como los dem‡s hombres, rapaces, injustos, adœlteros, ni tampoco como este publicano. Ayuno dos veces por semana, doy el diezmo de todas mis gananciasÕ. En cambio el publicano, manteniŽndose a distancia, no se atrev’a ni a alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: ÔÁOh Dios! ÁTen compasi—n de m’, que soy pecador!Õ. Os Digo que Žste baj— a su casa justificando y a la de aquel no. Porque todo el que se ensalce, ser‡ humillado; y todo el que se humille, ser‡ ensalzadoÓ. P‡gina 6 de 6
Over-processing hair is a very common cause of hair loss and breakage in women. Coloring hair (even semi-permanent) more than every 10-12 weeks damages hair, causing it to become thin, brittle and lifeless. PRESCRIPTION MEDICATIONS can also cause hair loss in both men and women . Testosterone and thyroid deficiency (or thyroid excess ) can cause hair to become finer, losing body, wave a
Ende April berichteten deutsche Medien, die amerikanische Regierung habeeiner Voranfrage der Bundesregierung zum Kauf bewaffneter US-Drohnen fürdie Bundeswehr zugestimmt. Obwohl die Entscheidung über diese umstritte-ne Frage erst nach der Bundestagswahl fallen soll – der Kurs scheint klar zusein. Nur wenige Wochen zuvor hatte die Bundesregierung zudem bestätigt, siehabe den Verkauf deutscher