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“DOS BANDERAS”
COMO LUGAR TEOLÓGICO
1. ENFOQUE Y PERSPECTIVA PARA ESTUDIAR DOS BANDERAS .
2. EN BUSCA DE UN ENFOQUE TEOLÓGICO PARTIENDO 3. PROFUNDIZANDO EN LA LÓGICA DE LA BANDERA DE JESÚS .
4. PRESENCIA DE DOS BANDERAS EN LA ESPIRITUALIDAD IGNACIANA .
5. ALGUNAS CONSECUENCIAS TEOLÓGICO-PASTORALES .
Este texto corresponde a la ponencia presentada por el autor en el VIIISimposio sobre Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola:Preámbulos para elegir. Disposiciones para el discernimiento, quetuvo lugar en Bogotá en octubre de 2008, y que fue publicado en larevista Apuntes ignacianos (Centro Ignaciano de reflexión y ejercicios,CIRE, Bogotá), XIX-55 (enero-abril 2009), pág. 66-86.
Edita CRISTIANISME I JUSTÍCIA • R. de Llúria, 13 - 08010 Barcelona • tel: 93317 23 38 • fax: 93 317 10 94 • [email protected] • Imprime: Edicions RondasS.L. • ISSN: en trámite • ISBN: 84-9730-218-4 • Depósito Legal: B-16.336-09 • Julio2009La Fundación Lluís Espinal le comunica que sus datos proceden de nuestro archivo histórico pertene-ciente a nuestro fichero de nombre BDGACIJ inscrito con el código 2061280639. Para ejercitar los dere-chos de acceso, rectificación, cancelación y oposición pueden dirigirse a la calle Roger de Llúria, 13 deBarcelona 1. ENFOQUE Y PERSPECTIVA PARA ESTUDIAR DOS En este Cuaderno, no pretendo presentar un comentario exégetico- espiritual del texto ignaciano de la Meditación de dos Banderas (EE136-148), texto que doy por supuesto que el lector conoce y sobre elcual ha meditado largamente.
Tampoco deseo establecer la posible conexión existente entre Dos Banderas (control intelectual), las meditaciones de tres binarios (controldel aspecto volitivo) y las tres maneras de humildad (dimensión cordialy afectiva).
propone el mal caudillo –el tener (la co- ejemplo el influjo del libro Flos sancto- rum que Ignacio leyó en Loyola, donde se cita la tradición agustiniana sobre la (EE 142)– y los contrarios escalones del lucha entre los dos amores, entre las dos jo más propio de la teología espiritual y de la historia de la espiritualidad.
ignaciano para el ejercitante de hoy, por reflexión teológica. Este lugar teológi- (Biblia, Tradición, Magisterio), histori- cer una reflexión teológica “sobre” Dos tar una reflexión filosófica existencial sobre el tema de la elección a la que se nalmente dice la teología acerca de la lu- presupuesto filosófico de la libertad y la sido ya estudiado entre otros por K.
Jerusalén y Babilonia, entre la gracia y ba hacer, pero no creo que éste sea el ge-nuino “background” o contexto igna- Lo dinámico en la Iglesia, deseo partir del hecho de que existe una literatura es- piritual que es más sabia y profunda que la teología de las escuelas, una literatu- ra donde la fe de la Iglesia se expresa de teológicos. Esta literatura espiritual no intuición de fondo válida para la teolo- es una simple aplicación desleída de la teología clásica a la vida espiritual, sino quiere y puede decir a la teología cris- tiana a partir de su experiencia espiritual cristiana y a poder vivir una praxis cris- Para poder descubrir y conocer el enfoque teológico de Dos Banderas es indispensable partir del texto ignaciano y, concretamente,de lo que se expresa en la petición de la meditación de Dos Banderas,donde se refleja la profunda intención de Ignacio: «demandar lo quequiero; y será aquí pedir conocimiento de los engaños del mal cautilloy ayuda para dellos me guardar, y conocimiento de la vida verdaderaque muestra el sumo y verdadero capitán, y gracia para le imitar» (EE139).
2.1. Evitar los engaños
psiquismo humano, el peligro de las ilu-siones a las que el ejercitante puede es- El objetivo ignaciano de esta meditación no es preguntar al ejercitante si va a op- tar por Jesús o por Satanás, como a ve- ángel malo intenta sub angelo lucis, ba- Banderas: la de Cristo y la de Lucifer.
es otra, más sutil y profunda, es ayudar ción, para así apartar al ejercitante del al ejercitante a un discernimiento, que es pongo partir del episodio bíblico de las tentaciones de Jesús, que los sinópticos de Jesús en el Jordán (Mt 4, 1-11; Mc 1, es algo previo a la elección, evitar los por la exégesis y por la cristología mo- engaños, no sea que el ejercitante, cre- Reino de Jesús con el poder, el prestigio te lo nuclear de la Bandera de Jesús.
Juan una purificación de sus pecados.
Jesús baja al Jordán, en un gesto de des- a la tierra, su kénosis, que anticipa la lo han intuido los Padres de la Iglesia.
te. Pero Jesús, luego de bajar a las aguas del Jordán, sube del río, pasa del agua una visión más auténtica y profunda de la Escritura; y a su vez, el Evangelio le- ído desde esta óptica nos confirmará en de Israel, anticipando así litúrgicamen- la validez de la intuición ignaciana.
te la Pascua, su “paso” de la muerte a su gloriosa resurrección y su ascensión al co: el Evangelio “según San Ignacio” son un curso de teología bíblica, sino un 9-11; Lc 3, 21-22). Jesús se siente ver- daderamente el Hijo del Padre, del Abbáy se experimenta lleno de su Espíritu. Esla experiencia mesiánica fundante que 2.2. El bautismo y las tentaciones
de Jesús
total, docilidad incondicional al Padre y que se oculta en el texto ignaciano, pro- de este acontecimiento y el género lite- en el bautismo, al recibir el Espíritu, es rario usado por los sinópticos en la na- a partir de su bautismo, es el Mesías, el comunidad cristiana, un auténtico ha- gadá. Lo que parece teológica e históri- la moción del Espíritu: «Jesús lleno de cuál sería su estilo mesiánico, qué tipo Espíritu Santo, se volvió del Jordán y era conducido por el Espíritu al desier- to, durante cuarenta días, tentado por el en la que Jesús vence al maligno, no son superar nuestras tentaciones cotidianas.
su Hijo, bajo el impulso del Espíritu. No cumbió ante la tentación de paraíso, y son tanto una prueba a superar (peiras- mós) cuanto un proyecto que se debe la tentación en el desierto, Jesús nos da discernir (diakrisis). Es un auténtico tentaciones. No es falsa esta visión, pe- ralista subyace una cristología un tanto actitud ante Dios: ¿Cómo ha de vivir su nosotros menos en el pecado (Hb 4,15).
Esta visión incorrecta de Jesús nos ha- no todo su futuro y que no tenía necesi- dad de discernir ni de tomar postura ante dos mesianismos, dos estilos de misión.
terminar la distinción entre lo histórico evitando conflictos con el poder políti- pueblo, en la línea de los profetas cor- poder político (dominar todos los reinos de la tierra). A Jesús se le ofrece la po- “sistema”, ser servido antes que servir centro, desde arriba, desde el poder y el riferia de la sociedad política y religio- viendo la filiación y la confianza en el Padre, en gratuidad, en un estilo de sen- cillez y pobreza alternativo al “siste- que lo que Jesús vive en las tentaciones el rostro auténtico del Padre y las imá- pueblo, en la línea del Siervo de Yahvé y de los grandes profetas de Israel.
dad, desde abajo. Opone a las tentacio-nes de poder y prestigio, la obediencia 2.3. Conclusión: dos mesianismos
óptica, en la línea profética de pobreza posibles, dos proyectos, dos lógicas.
luntarista, sino que es fruto de la expe- tosuficiencia, de la seguridad, de una ra- Espíritu del Padre que le llevará a actuar 3. PROFUNDIZANDO EN LA LÓGICA DE LA BANDERA A partir de este discernimiento y opción, el mesianismo de Jesús se manifiesta como “diferente” de lo que muchos esperaban en Israel.
Jesús es Jesús de Nazaret, el Galileo, el Nazareno, pero tanto Nazaretcomo Galilea no son una mera connotación geográfica, sino teológica,son una opción por una vida humilde y pobre, la vida de un campesinode un lugar desconocido y despreciado por los grandes de este mundo:«¿De Nazaret puede salir algo bueno?» (Jn 1, 46). Es lo que Pablo lla-mará kénosis (Flp 2, 8), locura y sabiduría de Dios frente a la sabiduríamundana (1 Cor 1,17-31).
3.1. Claves evangélicas de la
bandera de Jesús
habla de beber el cáliz, de ser bautiza-dos con su bautismo de muerte (Mt 20, sentido del discernimiento de Jesús en-tre estas dos lógicas o estilos mesiáni- bre quién es el mayor, Jesús les dice que Jesús en el desierto marcará y determi- tante es el más pequeño, el que se hacecomo un niño (Lc 9,46-48), que los dis- bre que ha venido a servir, no a ser ser- tran que el estilo de vida de Jesús pro- fe de Pedro, Jesús les anuncia su pasión y desconsuelo: ay de los ricos, ay de los y Pedro intenta alejarle de este trágico que están hartos, ay de los que ríen aho- destino, Jesús pide a Pedro que se apar- ra, ay de los que sólo reciben alabanzas (Lc 6,24-26). A éstos les es más difícil la bandera de los pobres de espíritu (Mt 5, 1-12) y de los pobres sociológicos (Lc ción de los panes, según el evangelio de 6, 20-23), es una bandera que genera ale- Juan, el pueblo le quiere hacer rey, Jesús gría y gozo: los que se acogen a esta ban- ga le va a producir conflictos. Es un en- ciones de Jesús, nos presenta la visita de frentamiento entre Jesús y el poder ido- ma programática su misión futura (Lc 4, (Mt 6,24; Lc 16, 13; Lc 16,9.11). Por es- to, la opción de Jesús no sólo encuentra profeta Isaías (Is 61), que se concreta en dificultades con sus discípulos, sino con anunciar a los pobres la buena nueva, li- la Teocracia judía (Anás y Caifás) y el berar a los cautivos, dar vista a los cie- Espíritu ha descendido sobre él y le ha cas, en la narración de la visita de Jesús a Nazaret, preanuncia ya el conflicto fi- describe la praxis de Jesús: predica con cierne desde el comienzo del evangelio.
Jesús va a tener trágicas consecuencias para su vida. Cuando Jesús expulsa a los da, «la vida verdadera» que Ignacio atri- Jn 2, 13-22), ataca todo el sistema reli- contrario al Dios del Reino. Esto le aca- resistido a su llamada a «entrar en el rei- afirmar: «La razón de fondo (de la con- dena y crucifixión de Jesús) es clara. El migo, la Bandera del “sistema” personi- ficado en la teocracia judía y la pax ro- mana, entre el proyecto mesiánico de templo. Las autoridades judías, fieles al Jesús y el proyecto mundano, Mamón.
para defender la vida de los últimos.
do al Dios del reino, el único Dios vivo de Jesús de Nazaret y el de Barrabás que según la investigación actual no era sim- guerrillero, en la línea de los zelotes. El do según el corazón de Dios. Él defien- Dios de Jesús piensa en los últimos; los dioses del Imperio protegen la pax ro- mana. No se puede, a la vez, ser amigo del Jesús y del César; no se puede ser- echan en cara que salvó a otros pero que vir al Dios del reino y a los dioses esta- 44), Jesús no baja de la cruz ni se salva, embargo no es sólo una cuestión de po-lítica pragmática. En el fondo, Jesús es la razón a Jesús. El discernimiento del la sentencia: «Irás a la cruz». Pero esa a Israel, Jesús les llama insensatos, por ca. intuirá desde su experiencia místi-ca y formulará en los EE: 3.2. El estilo de Jesús
La Bandera de Jesús es el estilo peculiar sión según S. Ignacio”, cuando se ocul- Jesús en pobreza y oprobios (EE 147).
ta la divinidad (EE 196), Ignacio no lla-ma a Jesús el Cristo ni le da nombres gloriosos, como el Señor, sino que le lla- consiste en desear y elegir más pobreza, oprobios y ser estimado por loco, conCristo, que riqueza, honores y pruden- siempre se afirma de modo muy gené-rico– sino que se encarna en la carne na- despreciada; Jesús no sólo se hace hom- bre, sino que se hace pobre. Jesús resu- cruz, produce vida, «la vida verdadera», so, y que el ejercitante ilusionado por el ligada a Galilea, entendida no en su sen-tido geográfico sino en el teológico y es- la riqueza, Ignacio le propone la medita- piritual; es decir, evangélicamente. Es la Jesús es la de la pobreza y humildad, esla Bandera de Jesús de Nazaret, la que castellano tosco, con una mentalidad ca-balleresca y feudal, muy sensible al ho- Jesús, a través de la cruz, es la que lle- tanto literal de la Escritura, con el ima- ginario teológico medieval sobre la cris- tología (de corte anselmiano), con la de- Según J.L. Segundo el Ignacio fundador de la Compañía se dejó ven- cer por el demonio de la historia y de la eficacia y olvidó las DosBanderas de los Ejercicios y la pobreza de Manresa9.
4.1. El don del discernimiento:
ritual (1544-1545) tienen lugar cuando la inspiración trinitaria
Ignacio trata de una cuestión de pobre-za. Ignacio tiene grandes sentimientos vió en pobreza a predicar a los apósto- Banderas marcará toda la vida apostóli- les, y después el Espíritu Santo, dando ca de Ignacio. Ignacio pide a María «que su espíritu y lenguas los confirmó, y así el Padre y el Hijo, enviando al Espíritu, mística de la Storta es la respuesta a es- ta petición (Autobiografía 96). Es Cristo en cruz el que llama a Ignacio a su ser-vicio, según la narración de Laínez10.
Las grandes gracias místicas trinitarias de Jesús que Ignacio nos presenta en los de Ignacio recogidas en su Diario espi- trás de este conflicto entre dos estilos de espirituales o programas apostólicos.
dad toda la fuerza de las Dos Banderas.
Loyola y sobre todo de Manresa (Auto- biografía 28-32), que se prolongarán está la Bandera de Jesús que lleva a la la mística trinitaria de Ignacio, la reve- lación del Padre, del Hijo y del Espíritu.
Espíritu: el Espíritu que recibió Jesús en cristiana que vive Ignacio no se nutre de Espíritu que le resucitará de entre los ideas claras y distintas, no es una filo- muertos. Jesús resucita por la fuerza, el grafía 30), experimenta a Dios de un es diferente, el Criador y Señor, la Divi- mismo del Espíritu. Este Espíritu es el vés de Jesús de Nazaret, es el Crucifi- ción. Ignacio por temor a ser tenido por temporal» (EE 53). El Pantocrátor es el hablar del Espíritu. Pero es el Espíritu es que está debajo de toda la mística ig- naciana, de los Ejercicios que llama “es- pirituales” y por tanto también está de- rías escolásticas de Dios, sino que a tra-vés de Jesús de Nazaret descubre el ver- 4.2. Una intuición profética para
la Iglesia y la Compañía
tirse de la librea de Cristo «como sea la crisis eclesial de la Iglesia de su tiempo, eclesiásticas (817), mantener la pobreza (816). La Compañía está «sub vexillo rior, una vuelta al evangelio de Jesús de crucis», bajo el estandarte de la cruz, co- dera Reforma evangélica de la Iglesia.
so y tomó, scilicet, pobreza, oprobios, trabajos, dolores hasta la muerte, ejerci- der mundano, la tercera tentación según obediencia y perfección en todas las vir- porque tiene ya el resplandor y gloria de la victoria de la muerte, resurrección y glos. Y añade que «El imperio cristiano intentó muy pronto convertir a la Iglesia en factor político de unificación impe- bajo la guía de Ignacio, se afirma gráfi- rial. El reino de Cristo debía, pues, to- su esplendor. La debilidad de la fe, la de- bilidad terrena de Jesucristo, debía ser sostenida por el poder político y militar.
En el curso de los siglos, bajo distintas asegurar la fe a través del poder, y la fe La exhortación de volver a Galilea que según los relatos evangélicos de Pascua Jesús dirige a sus discípulos, podría resumir todo cuandohasta ahora hemos dicho. Volver a Galilea no es viajar a una región dePalestina sino retomar la vida del Jesús histórico, volver al marco evan-gélico de Nazaret, Caná, Cafarnaum, Naim, el lago de Genesaret…donde Jesús de Nazaret, ungido por el Espíritu pasó haciendo el bieny curando a todos los oprimidos por el diablo (Hch 10, 38). Volver aGalilea es regresar a donde todo comenzó (Hch 10, 37), asumir su dis-cernimiento y sus opciones del desierto, proseguir el estilo de Jesús deNazaret, continuar su misión, ser recibidos bajo su Bandera de pobre-za y humildad.
5.1. Volver a Galilea
Fray León con grande admiraciónpreguntó a San Francisco: Desde los lugares donde hoy siguen pre-sentes y vigentes la Teocracia religiosa ría y prudencia a los ojos de Dios.
ba la perfecta alegría. Estamos en el me- por la lluvia, ateridos por el frío, cu- ollo de la espiritualidad cristiana, como otros muchos autores han testimoniado.
frailes», y él replica: «No dicen ver- que es esto esta la perfecta alegría»18. nas de los pobres. Márchense deaquí», y no nos abre, y nos hace pa- der mejor el evangelio de Jesús, en sin- tonía con la tradición de toda la Iglesia.
Podríamos citar testimonios patrísticos, de volver a la Galilea de Jesús, al Jesús León!, escribe que en esto está laperfecta alegría.
5.2. Completar el “magis
ignaciano con el “minus
y él sale fuera muy indignado y co-mo a malandrines importunos nos do la importancia del “magis”, del “más” en los Ejercicios y en la espiri- tualidad ignaciana: lo que “más” con- duce, los que se quieren “más” afectar, el “mayor” servicio, la “mayor” gloria. Pero si este “magis” no se comple- menta dialécticamente con el “minus”, el “menos” tenemos el riesgo de caer en eclesial. El Reino de Jesús, su proyecto, pasa por el “minus” de la Bandera de Jesús, la pobreza y la humildad. Sin es- viven su fe en la diáspora y en el exilio bra una gran actualidad. La lógica de la ridad en una Iglesia pobre, libre y de los ción eclesial de un futuro que hoy ya ha no como problema de estructuraciónlitúrgica.
presentar a sí misma, de forma mu-cho más acentuada que hasta ahora, ayuda a vivir la fe a la intemperie en la Iglesia de hoy, sin privilegios ni prota- nos animan a seguir el Jesús pobre y hu- muchas comunidades pequeñas, porejemplo en los grupos sociales ho-mogéneos, la pastoral normal se re- 5.3. Los pobres como lugar
teológico privilegiado
sociológicos ni une la pobreza de Cristo tructural de la pobreza y de la injusticia te una estrecha relación entre Jesús y los da fe cristológica está implícita la op- Banderas con la realidad histórica y so- ción por los pobres20, y las palabras del Documento de Aparecida de que «todo lo que tenga que ver con Cristo tiene que habló del tema de “la Iglesia de los po- bres”. El Vaticano II, aunque no retomó esta expresión, afirmó claramente que la Iglesia, siguiendo a Cristo que siendo ri- la bandera de Jesús y los pobres, aunque a todos los afligidos por la debilidad hu- ra erradicar su pobreza, y por otra parte del bienestar y la abundancia intenta ce- rrarles sus puertas. Es preferible que los pobres queden lejos, así su presencia no ta; el erradicar esta pobreza es un signo mundo que la televisión presenta de vezen cuando, no deja de ser un espectácu- que todos los habitantes de la tierra ten- gan lo suficiente para vivir una vida dig- les luego y el capitalismo neoliberal del la ecología planetaria, han sido lidera- reinan. Allí donde se ama y se sirve a los dos e impulsados por los “cristianos” sobre el pasado o el presente, sino de to- Jesús es Dios en una alianza con los po- los pobres y si ésta no se da, algo falla ción», «hemos llegado al final de la his- gelio a los intereses del mundo burgués, ilustrado y moderno. Esto a la larga lle- sión histórica actual de la Bandera del mundial, en el fondo es una crisis ética, do el lucro como criterio último, se pro- fesa un individualismo egoísta e insoli- mundo capitalista y neoliberal había que opción por los pobres, aprecio de sus va- nión con la tierra, confianza en el Padre, re para que otros puedan tener vidaen abundancia; un Dios que no sólo tomar distancia tanto frente a la pax americana como a las estructuras reli- res por la fe y la justicia, por la huma- espiritualidad ignaciana de los Ejerci-cios y la teología latinoamericana libe- cuál es la verdadera imagen del Dios bí- blico, son un verdadero lugar teológico.
otra imagen de Dios, diferente de la ha-bitual. 5.4. En el Espíritu
Volver a Galilea, completar el “magis” Jesús de Nazaret y de la cruz y desde los ignaciano con el “minus”, la cercanía a taristas si no estuviesen animados por el tiana no sólo sea imitación de Cristo, si- Espíritu, por el mismo Espíritu que hi- no vida “en Cristo”, vida en abundancia zo nacer a Jesús del seno del María, el (Jn 10, 10), la “vida verdadera” que nos que le llevó al desierto, el que guió to- da su vida, el que le envió a evangelizar en el misterio de la comunión trinitaria.
a los pobres, el que le dio fortaleza en la Esto es: “ser recibido” en la Bandera de pasión, el que lo resucitó de entre los 5.5. En conclusión
Dios “diferente”, el rostro trinitario del da la vida cristiana y el que también sub- ilusionar ni engañar con falsos ídolos de indudables: magis, “más”»25. teologal y teológico: ¿a qué Dios que- bajo la bandera de Jesús, que bajo el sig- no de la cruz, es la que, por el Espíritu, ños, los insignificantes, presentes no só- guimiento de la Bandera de Jesús podría llevarnos a una “jesusología”, a un hu- gen del Dios de Jesús. A los pequeños y en la prisión de nuestra finitud26. Jesús «puestos con el Hijo» y por esto nos en- Espíritu nos abre al misterio Trinitario 1. M. COSTA, «Banderas», en GEI (GRUPO DE 10. D. LAÍNEZ, Adhort in examen, 7 (FN, II, 133), ESPIRITUALIDAD IGNACIANA), Diccionario de espiritualidad ignaciana, Bilbao-Santander, 11. Diario espiritual, 11-II-1544.
Sal Terrae, 2007, Vol. I, pág. 211-221, con 13. FN II, 190 y 307; MHSI, Nadal V, 40; 264.
2. COSTA, «Banderas», pág. 212. En un párrafo de 14. P. ARRUPE, «Inspiración trinitaria del carisma la Leyenda áurea que Ignacio leyó en Loyola, ignaciano», en P. ARRUPE, La identidad del se dice, hablando de Agustín que «escribió jesuita en nuestros tiempos, Santander, Sal sobre dos ciudades, Jerusalén y Babilonia, y de sus reyes respectivos, porque Cristo es lla- 15. NADAL, Orationis ratio in Societate, MHSI, mado Rey de Jerusalén, y el diablo, rey de Babilonia. Estas dos ciudades son construidas, 16. 7.8.1547, BAC 817, citada en la CG 34, dice él (Agustín), por dos amores: porque es el amor de sí, que crece hasta el desprecio de 17. J. RATZINGER - BENEDICTO XVI, Jesús de Naza- Dios el que construye la ciudad del diablo, y ret, Lima, Planeta, 2007, pág. 64-69.
es el amor de Dios que crece hasta el despre- 18. Florecillas de San Francisco. Sobre la perfec- cio de sí, el que construye la ciudad de Dios».
3. K. RAHNER, «La lógica del conocimiento exis- 19. J. RATZINGER, Fe y Futuro, Salamanca, tencial en S. Ignacio de Loyola», en K.
RAHNER, Lo dinámico en la Iglesia, 20. BENEDICTO XVI, «Discurso inaugural de la V Barcelona, Herder, 1963, pág. 94-95.
Conferencia del Episcopado latinoamericano 4. J. A. PAGOLA, Jesús. Aproximación histórica, y del Caribe» en Aparecida, 3.
Madrid, PPC, 2007, 5ª ed., pág. 312.
21. PIERIS, El Reino., pág. 52.
5. A. PIERIS, El Reino de Dios para los pobres de 22. PIERIS, El Reino., pág. 89.
Dios. Retorno a la fórmula de Jesús, Bilbao, 23. V. CODINA, «Teología de la liberación y espiri- tualidad ignaciana», en P. E. ARNS y J.
6. PAGOLA, Jesús., pág. 389.
SOBRINO, Teología y liberación, Ensayos en 7. P. H. KOLVENBACH, La experiencia de Cristo en torno a la obra de Gustavo Gutiérrez, Lima, Ignacio de Loyola, en Decir al Indecible, Instituto Bartolomé de las Casas, 1990, vol 2, Bilbao-Santander, Sal Terrae, 1999, pág. 65- 24. A. PIERIS, El Reino de Dios para los pobres de 8. V. CODINA, Claves para una hermenéutica de Dios, Bilbao, Mensajero, 2006, pág. 92.
los Ejercicios, Barcelona, Cristianisme i 25. M. GIULIANI, Acoger el tiempo que viene. Estudios sobre San Ignacio de Loyola, Bilbao- 9. J. L. SEGUNDO, «El Cristo de los Ejercicios Santander, Sal Terrae, 2006, pág. 51.
Espirituales», en J. L. SEGUNDO, El hombre de 26. K. RAHNER, Sobre la inefabilidad de Dios. hoy ante Jesús de Nazaret, Madrid, Ediciones Experiencias de un teólogo católico, Cristiandad, 1982, tomo II/2, pág. 770-784.
Barcelona, Herder, 2005, pág. 27-34.

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