Consideraciones sobre el HIMNO DE RIEGO por Lorenzo Peña
* Copyright 2004 Lorenzo Peña *
1.— El Himno de Riego, primer himno nacional español2.— La Marcha Real, son de ceremonia borbónico3.— La revolución de 18684.— Un himno Nacional para la República española5.— ¿Qué significa el Himno de Riego?6.— ¿Qué significa la Marcha Real?7.— Nueva letra para el Himno de Riego8.— Referencias
§1.— El Himno de Riego, primer himno nacional español
El Himno de Riego ha sido en nuestra historia el primer himno nacional. Su letra
es obra del destacado escritor y político asturiano D. Evaristo San Miguel. Esa letra vinorecogida en el folleto que «el ciudadano Mariano Cabreriza dedica al ciudadano Riegoy a los valientes que han seguido sus huellas», folleto que recopilaba cancionespatrióticas del Trienio Constitucional 1820-23.
Dudosa es, en cambio, la paternidad de la música. En la Historia de laRevolución española desde la Guerra de la Independencia hasta la Revolución deSagunto, Vicente Blasco Ibáñez atribuye la composición del Himno al maestro Gomis.
José Melchor Gomis Colomer (1791-1836) había nacido en Onteniente
(Alicante). Había comenzado su carrera musical en el coro de la catedral de Valencia. A los veinticinco años fue nombrado director de la banda de un Regimiento de Artilleríade Barcelona. Trasladóse a Madrid en 1820 para dirigir la banda de la Guardia Real. Deconvicciones liberales, el músico alicantino siempre militó en las filas antiabsolutistas. Triunfante la revolución liberal de enero de 1820, el maestro Gomis fue ascendido adirector de la banda de la Milicia Nacional, al frente de la cual siguió hasta la invasióneuropea de 1823, que impuso la restauración del poder absoluto de Fernando de Borbóny Borbón.
En 1823 Gomis se exilia en París, donde descuella como compositor. Compuso
la ópera «Riego en Sevilla», que fue repuesta en Barcelona en 1854 (al triunfar la cuartade nuestras revoluciones liberales del siglo XIX).1
En París compuso con éxito óperas como «Le Revenant», ópera fantástica en 2 actos y 5 cuadros con libreto
de Albert de Calvimont, basada en un texto de Walter Scott; espectáculo específicamente diseñado para la OpéraComique de París; se estrenó el 31 de diciembre de 1833. Se trata de un tema clásico, el del mito de Orfeo yEurídice.
Recientemente se ha presentado en Valencia por el Orfeón universitario, la Orquesta Filarmónica de la
Universidad y un grupo de 7 cantantes y 3 actores bajo la dirección musical de Cristóbal Soler y la direcciónescénica de Tono Berti.
Rafael Gil declaró que con ese concierto la Universidad valenciana «quiere recuperar una de las obras
más importantes de Gomis Colomer, nacido en Onteniente en 1791, y el compositor valenciano de mayorrepercusión internacional de la primera mitad del siglo XIX y que ha padecido un olvido de décadas».
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Discútese la participación exacta del maestro Gomis en la composición del
Himno de Riego. Hay quien sostiene que sólo lo arregló o adaptó para banda. El hechoes que Gomis aparece como autor del Himno en el libro —publicado en 1822 (impresoen Valencia por Venancio Olivares)—: Colección de Canciones patrióticas que dedicaal ciudadano Rafael del Riego y a los valientes que han seguido sus huellas elciudadano Mariano de Cabrerizo. Otros han sostenido que la reelaboración de Gomises más profunda, haciendo de él el verdadero compositor del Himno.
Pero hay otras atribuciones (aunque es posible que se refieran a una versión
inicial, sustancialmente modificada por Gomis):
— Muy frecuente ha sido reconocer como compositor al guitarrista alicantino Francisco
— Mesonero Romanos había asegurado, en cambio, que el compositor original del Himno
de Riego fue el teniente coronel José María de Reart y Copóns (1784-1857),oficial de Guardias Walonas.
— En 1871, en la revista El Averiguador, Grimaldi sostuvo que el maestro Manuel Varo
habría compuesto el Himno en Morón, siendo músico mayor de la charanga dela caballería que Riego llevaba en su columna.
— Adolfo Salazar, en Los grandes compositores, afirma que, entre los papeles inéditos
de Barbieri, se encuentra una carta en la que se da como autor del Himno deRiego a Antonio Hech, músico mayor del regimiento de Granada. Hech, deorigen helvético, habría escrito el himno en 1822, recibiendo una recompensade las Cortes y luego represalias de Fernando VII.
— José María Sans Puig, en un trabajo titulado «Riego, un mito liberal», aparecido en
Historia y Vida, remite a una inspiración del Himno en la Danza de losMayordomos del valle de Benasque (Huesca).
Sea todo ello como fuere, el hecho es que no aparece mención del compositor
en el Decreto aprobado por las Cortes el 7 de mayo de 1822, que dice: Se tendrá porMarcha Nacional de Ordenanza la música militar del Himno de Riego que entonaba lacolumna volante del Ejército de San Fernando, mandada por este caudillo.
Repitámoslo: en la historia de España, el primer himno nacional es el Himno de
Riego. Pero en 1823 la Europa unida manda que venga invadida España por los Cien
Se trata del guitarrista Trinitario Francisco Huerta Caturla, también conocido como ‘Trinidad Huerta’,
1800-1874. Nació en Orihuela el 8 de Junio de 1800. Según diversas fuentes, Trinidad Huerta fue compositor delHimno de Riego. Trinidad Huerta fue aclamado como el Paganini de la guitarra. Estudió en Salamanca. Recorriódiversos países, relacionándose con Rossini, Paganini y Víctor Hugo. La reina Isabel II lo condecoró con la Cruzde Caballero de la Real Orden de Carlos III.
El repertorio de Huerta abarca composiciones propias: boleros, una Obertura para gran guitarra y piano
y variaciones sobre obras de otros compositores. Soriano Fuertes dijo que su principal mérito consistía en la dulzurade los sonidos que producía cantando sobre una cuerda. Sin embargo, parece corta la edad de Francisco Huertaen 1820-22 como para que fuera el compositor del himno (aunque puede haber escrito una primera versión luegomodificada por su paisano Gomis, que tenía 9 años más que él).
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Mil Hijos de San Luis (al mando de «mi primo, el Duque de Angulema», como lo llamóFernando VII). Restaurado en el trono absoluto, el Rey prohíbe el Himno de Riego. §2.— La Marcha Real, son de ceremonia borbónico
No sabemos con certeza qué fanfarrias y bandas se tocaban en las ceremonias
regias del período fernandino, ni menos aún en el siglo XVIII. (En los siglos XVI yXVII parece que se había tocado un aire de ceremonia atribuido a San Ignacio de Loyolay denominado «marcha austríaca».)
Lo seguro es que el 10 de octubre de 1846, en el casamiento de Isabel II con su
primo carnal, el infante Francisco de Asís, se interpretó la Marcha Real. No hay ningunareferencia anterior de la existencia de esa Marcha.
Se ha inferido que la Marcha ya existía antes a partir de varios indicios. Uno de
ellos es que la prensa de la época no dice que se estrenara esa pieza precisamente en1846. La inferencia es plausible, pero no es un razonamiento concluyente, pues no haydocumentos previos que certifiquen la oficialización de esa Marcha, ni siquiera suexistencia.
Hay que esperar hasta 1853 para encontrar la primera disposición oficial sobre
la Marcha Real: una Real Orden de ese año prescribe que sólo se toque en los sucesivola marcha «vulgarmente conocida con el nombre de granadera». Ello oficializa laMarcha Real, o marcha granadera, como pieza ceremonial para la rendición de honoresmilitares a la Corona.
¿Cuál era esa dizque marcha o marcheta? Se desconoce su origen. Se ha dicho
y repetido que había constituido un obsequio a Carlos III del rey prusiano Federico II;según esa versión Carlos III mandó en 1770 que se ejecutara ese toque como Marcha deHonor. Mas no aparece ninguna disposición de esa época en tal sentido. Algunosestudiosos aducen, en cambio, ciertas similitudes entre la Marcha y una partituramanuscrita de 1761 —un toque de guerra para clarinete y tambor de infantería— de un talManuel de Espinosa, músico de la Real Capilla. §3.— La revolución de 1868
Sea como fuere, la Marcha Real era un simple toque ceremonial de homenaje
al Trono. Cada vez que había una revolución se volvía a entonar el Himno de Riego. Asíen 1854 (la Vicalvarada).
Al estallar la Revolución antiborbónica de 1868, todos coincidieron en prescindir
de la Marcha Real. Se encarga entonces la composición de un himno nacional al directorde la banda del 2º Regimiento de Ingenieros, José Squadrani, oriundo de Italia. Lacomposición del maestro Squadrani, estrenada el 7 de febrero de 1869 en el patio delMinisterio de la Guerra, vino oficialmente reconocida el 31 de agosto de 1870. Lapartitura se titula: «Nueva Marcha Nacional, compuesta expresamente para ser ejecutadapor todas las bandas de música de la Guarnición el día de apertura de Cortes Constitu-
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yentes. Por José Squadrani, Músico Mayor del Segundo Regimiento de Ingenieros (Estamarcha es la que, de orden superior, ha de sustituir a la Marcha Real en todos los actosen que aquella se tocaba).»
Demasiado revolucionario debió parecerle ese Himno al general Prim, Duque de
Reus, urdidor de la entronización del duque de Aosta bajo el tutelaje conjunto de laspotencias monárquicas de Europa. En septiembre de 1870 Prim convoca un concursopara la creación de un nuevo himno oficial. El jurado lo dejó desierto.
En esto, es asesinado Prim y llega el rey postizo, Amadeo de Saboya. Éste
—aparte de aprovechar una corona regalada para sus aventuras donjuanescas— no aspiraa nada más que congraciarse a la aristocracia madrileña, que lo desprecia. El saboyanono sólo se exhibe con fajín borbónico (blanco y azul celeste), sino que además el 8 deenero de 1871 dispone en una Real Orden: «S.M. se ha servido declarar MarchaNacional española la Marcha Granadera, resolviendo que sea tocada por las músicas delEjército en todos aquellos casos con arreglo a la Ordenanza, dejando sin efecto la Ordende 31 de agosto último, que disponía se tocase interinamente, en lugar de la expresadaMarcha Granadera, la compuesta por el Músico Mayor del 2º Regimiento de Ingenieros,don José Squadrani».
En diciembre de 1874 el general Martínez Campos da un golpe de estado que
restablece el trono borbónico. La Marcha Real viene entonces restablecida, aunque noes declarada himno oficial. §4.— Un himno Nacional para la República española
Cerrado el infausto paréntesis borbónico de los dos Alfonsos, y restaurada la
República Española el 14 de abril de 1931, el cambio de bandera lo impuso el puebloespañol en la calle inmediatamente (y fue simplemente acatado y oficializado por elgobierno provisional de la República); mas no se planteó con la misma claridad ycontundencia el cambio de himno oficial.
Todos estaban concordes en que no podía continuar usándose la ramplona
Marcha Granadera o Marcha Real, por ser un toque de poca monta que no había tenidomás significado que el de un compás ceremonial de pleitesía a la Corona.
¿Por qué reemplazarlo? El candidato obvio era el Himno de Riego, o más
exactamente «Himno a Riego», puesto que —según lo hemos visto— ya había sidodeclarado por las Cortes Himno Nacional el 7 de mayo de 1822.
Cuatro corrientes de opinión estaban en contra de ese himno:
— En la extrema izquierda estaban quienes, frente a la república burguesa, abogaban por
una república obrera soviética, cuyo himno fuera «La Internacional».
— En segundo lugar quienes aspiraban a una República más innovadora y radical, menos
ligada a un liberalismo decimonónico nunca del todo puro, y en cualquier casosocialmente más avanzada. Entre sectores intelectuales y progresistas próximosa esa sensibilidad tenía más aceptación la composición que, con letra de Antonio
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Machado, hizo el maestro Óscar Esplá, estrenada en el Ateneo por la cantanteLaura Nieto y la Banda del Cuerpo de Alabarderos el 27 de abril de 1931.
— En tercer lugar militaban los próceres del «republicanismo europeísta», socialmente
conservadores, que querían una República lo más parecida posible a la difuntamonarquía borbónica; un régimen que fuera más conservador incluso que laAlemania de Weimar, y que, dejando intacta e inalterada la propiedad, noampliara ningún derecho social ni concediera nada a las masas trabajadoras. Alcírculo de magnates de ese euro-conservadurismo pertenecían Pérez de Ayala,Ortega y Gasset y Gregorio Marañón (todos los cuales acabarán apoyando lareacción aristocrática, oligárquica y monárquica de Francisco Franco). En abrilde 1931 El Sol, su portavoz mediático, apenas se resignaba a que se desecharala Marcha Real; mas, en todo caso, se decantaba porque no se aceptara en sulugar ninguno de los himnos entonces conocidos «pues son muy malos» (tantoel de Riego como el del maestro Esplá).
— En cuarto y último lugar (aunque en íntimo vínculo con la posición recién menciona-
da) estaban los noventayochistas con su visión antihistórica, su nihilismo y suelitismo aristocratoide y oclofóbico. Aquí podemos incluir a los Azorín y los PíoBaroja, p.ej. Éste último admiraba al liberalismo aventurero, militar e individua-lista de la primera mitad del siglo XIX, al paso que odiaba al liberalismointelectual, universitario, teorizante, democrático y de masas de la segundamitad. Muy a tono con el mensaje que le conocemos por sus fascinantes novelas,vio con malos ojos que la República adoptara el Himno de Riego: «El himnoes callejero y saltarín; la República fue sesuda y jurídica. La República no eraheredera de los hijos del liberalismo: Mina, Riego, el Empecinado, sino másbien obra de los hijos espirituales de Salmerón, Pi y Margall y Ruiz Zorrilla.»En suma, esa adopción no habría sido veraz.
Frente a todos esos reparos, se impuso el Himno de Riego:
— Porque encarna y expresa la continuidad de la lucha liberal de varias generaciones de
— Porque siempre ha sido y es un himno verdaderamente popular.
Ni los regeneracionistas ni sus amigos noventayochistas se habían percatado del
enorme progreso de España gracias al liberalismo. No se daban cuenta de la continuidadque liga los dos períodos liberales —antes y después de la revolución callejera y popularde 1854, alias la Vicalvarada, que fue la versión hispana de la «Primavera de losPueblos» de 1848.
Cierto que la Corona borbónica, restaurada por el golpe militar de Martínez
Campos en 1874, había llevado a España al descalabro de 1898 (aunque, frente a ladiabólica y demoníaca prepotencia del imperialismo yanqui, hay que reconocer que noera nada fácil la defensa de la integridad nacional a la que tuvo que atender el gobiernoliberal de Sagasta).
A pesar de esa derrota, a pesar de todas las insuficiencias y las carencias sociales
—que habían empezado a curarse en los años 1901 a 1923—, en 1931, al iniciarse la sexta
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de nuestras revoluciones liberales (llevando más adelante el legado de las de 1808-1814,1820-23, 1854-56 y 1868-74), España se perfilaba como una nación avanzada, moderna,culturalmente esplendorosa, en pleno apogeo de las letras, con un renacer de las ciencias,y hasta un cierto grado de industrialización; con un nivel medio de prosperidad (pordelante de Italia); una nación que hubiera podido ser algo en el mundo si no hubiera sidopor la sublevación franquista, con el retroceso histórico que supuso, para acabar con unavuelta al borbonismo, ahora bajo la bota yanqui, que ha llevado a nuestra Patria, en estecomienzo del siglo XXI, a un extremo de sumisión, decadencia, degradación, postracióny anonadamiento. §5.— ¿Qué significa el Himno de Riego?
Fue un acierto de la República la oficialización del Himno de Riego en 1931.
Fue uno de sus muchos méritos, que lamentablemente se unieron a insuficiencias yequivocaciones, que no faltaron. Un tanto a su favor, igual que la adopción de la banderatricolor, la proclamación jurídico-axiológica de España como una democracia detrabajadores de toda clase, la reforma agraria, la introducción de derechos sociales y laopción por una República unitaria, no federal (con un régimen limitado y transitorio deautonomía excepcional para tal o cual región —en la práctica sólo para Cataluña).
Ni puede en rigor separarse la elección del Himno del cúmulo de esas otras
opciones (aunque desde luego sí de cada una de ellas en particular).
Un himno carece de suyo de significado. Un himno, una melodía, es una pieza
de música, y la música ni es un lenguaje ni es ningún sistema semiótico. Las piezasmusicales no son señales. No están codificadas según unas reglas sintáctico-semánticaspara transmitir mensajes. Ni el destinatario, el oyente, puede tampoco captarlas parapercibir un mensaje desde la previa posesión del mismo código semiótico. Por la sencillarazón de que no existe tal código ni hay nada que transmitir.
El «Concierto Emperador» de Beethoven o el de Aranjuez de Rodrigo no
significan nada. Nada significa un aire de sardana, nada significa la melodía de un tango.
Otra cosa es que tales aires puedan suscitar tales o cuales emociones, aunque eso
seguramente tiene al menos un 50% de componente culturalmente condicionado. Aunadmitiéndolo, no por ello vamos a sostener que «La Primavera» de Vivaldi expresaalegría ni nada similar. Para expresar —en un sentido semióticamente interesante— tieneque haber una (mayor o menor) regulación sintáctico-semántica codificada, un sistemase señalización. No hay expresión cuando la captación de lo expresado es infinitamentevariable y totalmente desregulada.
Se me objetará que también las señales de un sistema semiótico, sea el que
fuere, tienen un significado u otro únicamente en un determinado contexto histórico-social, por haber sido adoptado el código de reglas estructurales de ese sistema en unadeterminada comunidad, a través de convenciones explícitas o implícitas. Fuera de talcontexto, una ristra de sonidos ni siquiera es una secuencia de fonemas, ni unayuxtaposición de garabatos es una concatenación de letras. No hay fonemas, no hayletras sino con relación al contexto, y el contexto pertinente es el de un lenguaje, o más
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en general un sistema semiótico convencionalmente establecido en una comunidad osociedad de seres con capacidad intelectual y volitiva.
Eso es verdad. Mas cada señal tendrá un significado, o un abanico determinado
de significados, una vez que se haya establecido la comunidad (aunque sea unacolectividad difusa) y se haya acordado el sistema de reglas (aunque sea también uncúmulo difuso y aunque unas reglas vinculen más, otras menos).
Diferente es lo que sucede con aquellas creaciones del espíritu humano que, no
vehiculando mensajes, carecen de significado, las producciones mentales no-semióticas. Éstas ni tienen significado en general, ni lo tienen en un contexto, porque su formaciónno se hace siguiendo unas reglas sistemáticamente trabadas y que permitan hacercorresponder señales y mensajes. Quien crea que una manifestación de la creatividadmental o intelectual humana es también un sistema semiótico habrá de probar que estánahí en acción unas reglas sintácticas y semánticas compartidas por el creador y losdestinatarios, al menos inmediatos.
A falta de tal sistema de reglas, no son sistemas semióticos ni significan nada
la arquitectura, ni seguramente la pintura, ni la escultura, ni las artes decorativas engeneral, como tampoco las utilitarias (la culinaria, la alfarería, o cualquier otra). (Claroque en un pastel se puede escribir una fórmula, pero ésa es cuestión aparte.)
Pues bien, aunque una pieza musical en sí carece de significado alguno, sí son
señalizaciones, en determinados contextos histórico-sociales, ciertas sonorizaciones depiezas musicales (o de otros productos sonoros del artificio humano, como toques desilbato, o de sirena, repicar de campanas etc).
En los usos políticos modernos, el toque de una determinada pieza musical en
un contexto sí señaliza algo. Hay ahí un código muy limitado y además de empleotambién limitado.
Ni el himno abstractamente tiene significado ni sus partes lo tienen. Es
totalmente inverosímil que aporte modificación semiótica alguna añadir o quitar notasa una marcha o a un himno (en vías de composición y todavía no conocido públicamen-te).
Por su asociación con unos valores, unos ideales, unas instituciones, una
determinada pieza musical pasa a vehicular, en un contexto histórico-social, la validezde esos valores, o la adhesión a los mismos —aparte del uso protocolario que establezcanlos preceptos legales o reglamentarios del caso.
Tocar o cantar el Himno de Riego, que ha perdurado ya cerca de 2 siglos de
lucha liberal antimonárquica, es, en el contexto histórico-social de la España de estosúltimos siglos, una señal de adhesión a la causa del patriotismo, de la libertad y delprogreso de España; una causa que, naturalmente, evoluciona a lo largo del tiempo, y encada coyuntura histórica incorpora unos u otros valores político-jurídicos que lageneración respectiva vincula estrechamente a esos tres valores perdurables delpatriotismo, la libertad y el progreso de España.
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Así ya en 1931, y hoy más, vinculamos a ésos tres otros valores: los del bien
común, la felicidad individual y colectiva, la vida humana, el trabajo, la justicia, laigualdad social, el reparto equitativo de la riqueza, el conocimiento, la paz, el amor, laamistad y hermandad de todos los miembros de la familia humana.
Por eso tocar y cantar el Himno de Riego significa algo en nuestro entorno
histórico-social, aunque se trata de una significación circunscrita —en principio— acontextos prácticos determinados. Fuera de tales contextos, es dudoso que se dé esasignificación. ¿Qué contextos? Actos públicos de determinada índole (en principiosolemnes), o emisiones al público. En tales circunstancias es relevante la alternatividadentre ese Himno y otros sones (o eventualmente ninguno), encerrando la opción por elde Riego una expresión de adhesión a tales valores y a la historia de lucha que haydetrás de su afirmación. §6.— ¿Qué significa la Marcha Real?
Hasta que fue restablecida en su vigencia la Marcha Real por obra de la
sublevación antirrepublicana de los militares alzados en 1936, acaudillados por Franco,esa marcha siempre se había llamado por su nombre, el de ‘la Marcha Real’; alternativay anteriormente se la había llamado ‘marcha granadera’. A nadie se le hubiera ocurridollamarla de otro modo.
Proclamado ‘caudillo de España y Jefe del Estado’, apresuróse a restablecer la
vigencia de la Marcha Real el exgeneral Franco (un monárquico borbonista de tomo ylomo, ahijado de boda de S.M. el rey Alfonso XIII y de la reina VictªEugenia). Hízoloprimero en la zona ocupada por los sublevados, y, a partir del 1 de abril de 1939,«cautivo y derrotado el ejército rojo», en toda España.
Hasta 1947 Franco no proclamó la restauración de la monarquía (y aun entonces
lo hizo con la fórmula peculiar de que «España es un Reino», con trono vacante). De1939 a 1947 el estado español de Francisco Franco era «el estado español», no unarepública mas tampoco oficialmente un reino. Por eso, para disimular el caráctermonárquico de su simbología, rebautizó la marcha como «el Himno Nacional».
Durante nueve mil días y nueve mil noches los españoles tuvieron que aguantar,
al llegar las 22:30, el ritual radiofónico de rigor en Radio Nacional (retransmitida portodas las emisoras españolas, salvo la clandestina Radio España Independiente):‘¡Gloriosos caídos por Dios y por la Patria! ¡Presentes! ¡Viva Franco! ¡ArribaEspaña!’, a lo que seguía la mezcolanza musical del Oriamendi carlista (comienzo), el«Cara al sol» falangista (medio) y toda la Marcha Real para terminar.
La marcha en sí es un toque estéticamente repulsivo, desagradable y hasta
grotesco; tal vez la más fea serie de notas que ningún gobierno haya tenido la ocurrenciade convertir en himno oficial. Pero, así fuera un son hermosísimo, ¿qué significaba laaudición forzosa de esa marcha para el vencido, humillado, sojuzgado y martirizadopueblo español, sometido al brutal látigo franquista durante 7 lustros?
«Consideraciones sobre el HIMNO DE RIEGO» por Lorenzo Peña
(Afortunadamente, en un acto de benignidad o condescendencia que hay que
agradecerle, el entonces flamante ministro de información Fraga Iribarne puso fin a eseceremonial el 31 de diciembre de 1962.)
¿Qué significaba la emisión diaria y machacona del son de marras?
Está claro el significado: la imperatividad del orden tiránico, de los principios
fundamentales del movimiento nacional y demás Leyes Fundamentales del Reino, de lamonarquía tradicional-católica, de la vida como milicia, de la inquebrantable adhesiónal Jefe del Estado.
Todos lo llamamos ‘el Chun Tachún’, símbolo sonoro de la tiranía y de sus
antepasados, las fuerzas tenebrosas de la reacción, el poder oligárquico, la supremacíade las castas acaudaladas, el oscurantismo eclesiástico, lo más rancio, desfasado, e inicuode la sociedad española.
Ulteriormente, al extenderse la televisión en los hogares españoles, las
retransmisiones televisivas exhibirían a los personajes del régimen franquista, endiferentes actos solemnes, a los horrendos sones de esa insufrible marcheta. Y elsignificado era el mismo. Las reglas sintáctico-semánticas seguían siendo las mismas(aunque la formulación que darían los adeptos del sistema sería diversa).
Hete aquí que se produce la llamada ‘transición’ (1975-79) y el régimen
palaciego postfranquista mantiene la vigencia de esa marcha, y hasta ni siquiera vuelvea su denominación histórica sino que persiste en utilizar la de Franco. Surge entoncesuna normalización coercitiva del arreglo oficial, con un turbio litigio sobre derechos deautor.
Lo que tiene importancia aquí es saber si la marcha ha cambiado de significado.
Si sí, cuándo, cómo, en virtud de qué nueva codificación de reglas sintáctico-semánticas.
Quien se veía forzado a escuchar, o a oír, ese toque en 1976 ¿captaba en él
algún significado diverso de un año antes, en 1975? Quien se veía forzado a escucharloen 1977 ¿captaba en él algún significado diverso de lo captado en 1976? ¿Y asísucesivamente? ¿Hasta acaso la promulgación de la nueva Constitución el día de losinocentes de 1978, en que de algún modo habrían entrado también en vigor unas nuevasreglas sintáctico-semánticas relativas al sistema de señalización musical en solemnesactos públicos? ¿O fue posterior el cambio y éste se produjo en 1979, o en 1980, …?
La Marcha Real, aunque sea con pequeñas variaciones, es la misma cuando
presenciamos un acto solemne televisado de 2004 y cuando, un rato después, visionamosun NODO grabado de hace 40 años. No son dos señales distintas. Aunque el contextono es ya del todo igual, hay una clara línea de continuidad. De ahí que el mensajeseñalizado no pueda ser dispar, como si se tratara de un antiguo himno íbero, o etrusco,descubierto por casualidad y reactualizado por veleidad del poder de turno.
Tal vez el mensaje político-ideológico que hoy deseen vehicular quienes
imponen el toque solemne de la marcha ya haya cambiado algo con respecto al quequerían vehicular los detentadores del poder hace 30 años. Mas es tal la continuidadentre este régimen y aquel del cual procede que, de haber cambio, éste sólo puede ser
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marginal, accesorio o, todo lo más, parcial. También el mensaje percibido por el públicoha ido cambiando en parte, pero sólo en parte. Queda en pie lo esencial: se trata de laimposición de la España de antes, de la España de los de arriba, de las gentes de Palacio,de los ricos, de los poderosos, de un régimen que por encima de todo coloca estosvalores: propiedad privada, economía de mercado, jerarquía social, Honor, herencia.
Es, pues, verosímil que no hayan sufrido alteración radical las reglas sintáctico-
semánticas que implícitamente regulan la emisión de esas señales sonoras. Y, siendoparecidas las reglas, siendo idéntica la señal, el mensaje no puede ser muy diferente.
Mas, así lo fuera, ¿qué significa la audición de la marcha —sean cuales fueren
las intenciones señalizadoras de los emitentes— para aquellos españoles forzados a oírlay que se sienten vinculados a una tradición liberal de casi dos siglos que, al son delHimno de Riego, luchó contra el poder borbónico y monárquico? ¿Qué significa paralos millones de españoles que durante 9 mil noches tuvieron que escucharlo integradocon el Oriamendi y el «Cara al Sol», como testimonio de granítica solidez de la odiadatiranía que los sojuzgaba?
Las venideras generaciones de españoles decidirán si quieren que haya o no una
pieza musical como himno oficial del estado (porque tampoco hay regla imperativaalguna de derecho internacional que obligue a tenerlo); y, si sí, qué pieza desean; y quémensaje haya de vehicular la emisión de tal himno, o sea qué valores político-jurídicosse quieran simbolizar. Las generaciones pasadas no pueden imponer su voluntad a lasfuturas. Y el debate siempre ha de ser bienvenido.
En cualquier caso, he expuesto razones por las cuales el Himno de Riego es un
candidato preferible a la Marcha Real. §7.— Nueva letra para el Himno de Riego
En este 185 aniversario de la insurrección antiborbónica del coronel Rafael del
Riego, propongo esta nueva letra para nuestro Himno Nacional:
Ya vendrán unos días gozosos en los que no suframos dominación de oligarcas y ricos mafiosos palaciegos de casa Borbón (bis)
Una España feliz tiene que venir con nuestro cantar, con nuestro luchar. Y aquí nadie reinará; ni palacios habrá ni pobres quedarán.
«Consideraciones sobre el HIMNO DE RIEGO» por Lorenzo Peña
Un mundo más humano y con más equidad. Todos somos hermanos, nos hemos de ayudar (bis)
Dinastías funestas reinaron. Cada déspota quiso implantar su dominio sobre sus vasallos, despojándolos de libertad. (bis)
La nobleza pasó, el pueblo llegó; las masas unidas no serán vencidas. E irá la humanidad por senda de paz y global hermandad. (bis)
Días están contados de injusticia social; los pueblos sojuzgados ansían Igualdad. (bis)
Una España de amor y trabajo,de cultura, progreso y de paz;sin que quede ni arriba ni abajoni un atisbo del reino del mal. (bis)
Hemos de prosperar con lucha tenaz a fin de vivir sin sufrir. Así, a cada uno un hogar, poder laborar con bienestar. (bis)
El mundo aspira ahoraa la paz y armonía. ¡Luchemos sin demora!No está lejano el día. .
«Consideraciones sobre el HIMNO DE RIEGO» por Lorenzo Peña
¡República Española,Avanzada y fraternal!Ya nunca estarás solaTu gloria es inmortal
§8.— Referencias
— Ricardo Fernández de Latorre, «Los himnos de España», Boletín de la SociedadCastellonense de Cultura, Tomo LXXVII, Castellón, Enero-Diciembre 2001, pp. 567-584. Reproducido en http://www.aulamilitar.com/himnos.hts.
— José Esteban Gonzalo, «El himno de Riego», Política, nº 24-25, 1997-98. Repr. en
http://www.izqrepublicana.es/documentacion/riego.htm
En el 185 aniversario de la insurrección antiborbónica del coronel Rafael del Riego)
publicado en las págªs electrónicas de ESPAÑA ROJA:
<http://eroj.org/lp/riego.htm> (versión HTML)
<http://eroj.org/lp/riego.pdf> (versión PDF)
Recent health and nutrition information from Douglas Laboratories 2002 July/August/September DIABETES: A NATIONWIDE EPIDEMIC Fast Facts About Diabetes Diabetes is becoming more widespread in the United States each year. Almost • 1 million new cases each year in everyone knows someone who has diabetes. An estimated 17 million people in theUnited States, 6.2 percent of the pop
Actinic Keratoses Fact Sheet More than 58 million Americans have actinic keratoses (AKs).1 AKs have the potential to progress to squamous cell carcinoma (SCC), the second most common skin cancer. While most AKs remain benign, approximately 10 percent develop into SCC within an average of two years.2 Since there is no way to know ahead of time which ones will become cancerous, it is v